Todas las reformas escolares y leyes de la educación,
reconocen el papel del profesorado como agente ejecutor de la reforma pero no
participa realmente en el diseño, ni es escuchado su planteamiento, ni se le
aportan todos los medios que necesita para su labor educadora. Los
reformadores, administradores y expertos suelen olvidar el conjunto de
principios, pautas, inercias, hábitos y prácticas que constituyen lo que se
denomina la cultura escolar, cuyo principal protagonista, aunque no el único,
es el profesorado.
Con respecto de los centros docentes, desde
1970, todas las leyes de educación han reiterado en su articulado la necesidad
de una mayor autonomía, pero de hecho son considerados como instrumentos de
ejecución de las decisiones tomadas en los despachos de las diferentes
administraciones.
Los diferentes cambios realizados en las leyes
educativas como consecuencia del cambio en el signo político, no pretenden más
que retener a fuerza de Ley a alumnos que no quieren estar allí, y hacer más
evidentes los puntos débiles de las anteriores pertenecientes al partido
político del bando contrario.
Deberíamos reflexionar a quién se está
perjudicando con tanto cambio, y establecer la educación como elemento inamovible,
independientemente de quien gobierne.
El sistema educativo en España incentiva crear
niños, que lejos de explotar sus cualidades, son enseñados para contestar a una
única prueba. Prueba que determinará su futuro, en vez de enseñarles primero a
ser mejores personas.
La escuela se supone que nos prepara para la nuestra vida adulta, pero ¿Se olvidaron de enseñarnos las cosas más importantes?
La escuela se supone que nos prepara para la nuestra vida adulta, pero ¿Se olvidaron de enseñarnos las cosas más importantes?
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