sábado, 23 de diciembre de 2017

La escuela en la Sociedad de la Información y del Conocimiento (SIC): Pérdida del monopolio de la atención.


En el proceso de modernización, la escuela fue un producto mimado y un instrumento principal en las aldeas, ya que representaba una ventana abierta al resto del mundo, manteniendo un lugar privilegiado en la transmisión del saber.

Hoy en día, 

la situación es exactamente la contraria, ésta se las ve y se las desea para captar la atención y el interés de los escolares frente a la avalancha de información y conocimientos que les proporcionan los medios de comunicación e Internet. Como señaló de forma pionera Herbert A. Simon (1971) : “En un mundo rico en información se produce en consecuencia una escasez de aquello que la información consume, que es la atención de sus receptores”. 

Al colocar la atención en la base de las necesidades humanas. Desde el bebé cuya supervivencia depende de que sea capaz de atraer la atención de los adultos, hasta el vendedor que intenta captar la atención de los consumidores, todo el mundo necesita que le presten atención para sobrevivir. Convirtiéndose en un bien preciado.

Introduciendo por primera vez el concepto de "Economía de la Atención". El giro conceptual consiste en considerar a la información como un sujeto que consume atención humana. En éste sentido, son las informaciones las que compiten por la atención. El profesor “puede vencer, pero tiene muy difícil convencer”, es decir, vence al sentirse protegido por la obligatoriedad escolar, y el carácter mandatario del currículum, pero para convencer y justificar la pertinencia de toda aquella información que enseña, éste, debe acertar en la selección y organización de la misma, así como en el modo eficaz y eficiente de su asimilación por parte del alumnado, cuya imagen general, es más bien de naturaleza superficial, holgazán y poco más que bobo, que no sabe apreciar el valor y las ventajas del saber escolar.

En estas circunstancias, la institución se ve en gran medida desprovista de sentido: ni es atractiva, ni resulta útil. Se quiera ver o no, las sucesivas reformas educativas, tienen como uno de sus resultados retener en las aulas, por la fuerza de la ley, a muchos alumnos que de otro modo, ya las habrían abandonado. 
Naturalmente esto se ha hecho “por su bien”, pero por otro lado esto no garantiza que ellos lo vean de la misma manera. Lo que sí es seguro es que se enfrenta ahora a un público más crecido y, dentro de él, a un sector más disconforme que nunca, a una actividad intelectual que no le interesa, y a un retraso en la incorporación al mercado de trabajo, y en general, a la vida adulta.
       
Link sobre un artículo que amplía el concepto de la Economía de la atención: "La abundancia de la información da lugar a la pobreza de la atención" de Javier velilla


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