En contraposición a las etapas
anteriores de nuestra historia, vivimos un momento en el que la información y
el conocimiento están entre los recursos más importantes para la sociedad.
Producir nueva información y conocimientos (ya sean a nivel técnico/práctico o
a nivel cultural y de ocio) y compartirlas se convierte en una potente
industria, que además de mover dinero, mueve masas. Y es en este marco en el que vamos a desarrollar nuestra labor
docente, atendiendo siempre a esa puesta en valor y a nuestra responsabilidad
para formar ciudadanos críticos e independientes.
En este sistema que cada vez depende más
de los conocimientos, podemos llegar a imaginar una situación en el que su
valor supere al de los sectores primario y secundario. Y la sociedad y sobre
todo los ciudadanos deben estar preparados para la llegada de este momento en
el que el poder emane del saber.
El hecho es que la sociedad de la
información y el conocimiento es algo inminente, sino presente, y es aquí donde
la realidad social evoluciona a una velocidad de vértigo y la labor de los
docentes más, corriendo el riesgo de quedarse obsoletos, tanto los docentes
como el sistema.
:-) Es algo a lo que le doy vueltas desde hace tiempo, sobre todo a que sirvan para potenciar zonas rurales
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