A día de hoy la información está al
alcance de la mano, acceder a ella es super fácil. Prácticamente todo el mundo
tiene en sus manos una herramienta con la que acceder a toda la información;
desde datos históricos o científicos hasta las últimas vacaciones de tu
compañero de clase del colegio al que hace 20 años que no ves. En palabras de
Borgman, “La Sociedad de la Información y la Comunicación (SIC) ha abaratado,
igualado y democratizado espectacularmente el acceso a la información”.
Pero…
información no es lo mismo que conocimiento. Como se preguntaba T.S. Eliot: “¿Dónde
está la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento? “¿Dónde está el
conocimiento que hemos perdido en la información?”. Y esto sin entrar en la
Sabiduria. Pero entonces, ¿cuáles son los caminos que toman actualmente la
información y el conocimiento?
La información en su sentido más básico es cualquier entrada sensorial, cualquier
dato sobre algo; mientras que el conocimiento es lo que se haga con esa
información (interpretarla y emplearla). Así, aunque la información es una
condición necesaria para que se de conocimiento, no es condición suficiente. Es
más, en un mundo en el que se genera tantísima información y tanta de ella sin
valor o incluso incorrecta, hace falta mucho conocimiento para gestionar dicha
información.
Por lo que, paradójicamente, cuanto
más información tiene la sociedad, menos conocimiento demuestra. En la sociedad
actual, la de la Información y la Comunicación, se ha multiplicado
exponencialmente la cantidad de información y la facilidad para acceder a ella
ha crecido en la misma medida; pero la herramienta para trabajar con ella, el
conocimiento, es cada vez más escaso y por ello más valioso y escaso.